Hoy escribo para hablar de las emociones, las que sentimos y las que nos negamos a aceptar, las que permitimos que salgan y se expresen o nos tragamos por mil razones distintas. Además te voy a enseñar cómo puedes aprender a gestionar tus emociones a través de una práctica sencilla. Empecemos por partes.
Definición de emoción
Podemos definir la emoción como un sentimiento más o menos intenso producido por un hecho, una idea o un recuerdo. Viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Esto es, nos proporciona una sensación física que percibimos, la alegría nos proporciona sensaciones diferentes al enfado o la tristeza.
Las emociones regulan el funcionamiento mental, organizando tanto el pensamiento como la acción. Además, las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea, según cómo nos sentimos en una situación determinada, así actuamos.
Cómo expresamos las emociones
En muchas ocasiones expresamos las emociones según vienen, a veces de forma consciente y en otras ocasiones, nos hacemos conscientes de ellas según se van desarrollando.
Por ejemplo, podemos sentir enfado ante el comentario de alguien y bien podemos identificar nuestras sensaciones como “enfado” o “molesto” pero otras veces no somos capaces de poner nombre a eso que estamos sintiendo y nos damos cuenta de nuestro enfado cuando contestamos “molestos” o con un comentario hiriente.
Todos podemos hacer memoria y darnos cuenta de que estábamos más molestos o enfadados de lo que pensábamos, queríamos reconocer o aceptar. Porque, quizá, ni siquiera hemos sido conscientes del enfado mostrado a través de nuestra contestación.
Esto puede parecer muy complejo, en realidad sólo tiene que ver con ser o no capaz de identificar aquellos “síntomas” de nuestras emociones, nuestro sentir, nuestras sensaciones.

Una práctica sencilla para gestionar tus emociones
Para eso te voy a plantear un pequeño ejercicio para tomar conciencia de tus emociones, este es el primer paso para mejorar tu Conciencia Emocional y aprender a gestionar tus emociones. Te explico en qué consiste:
Lo primero es regular tu atención
Esto significa que vas a focalizar la atención en las sensaciones corporales, la realidad interna y externa del momento (poner la atención en los pies sobre el suelo, en las tensiones corporales, tu respiración, tus sensaciones…) para poner la atención en el momento presente.
De esta forma vas a poder responder a la pregunta ¿Cómo estoy? ¿Qué está sucediendo? ¿Qué siento?
A continuación, vas a identificar y ponerle nombre a aquello que estás sintiendo:
Esto es…. enfado, frustración, ansiedad, tristeza, ahogo, ilusión, sorpresa… cualquiera que sea la palabra o grupo de palabras que explican tu sentir.
Si no encuentras la palabra adecuada al principio, no pasa nada, con la práctica vas a ver cómo te resulta más sencillo.
¿Qué hago con ella ahora? ¿Cómo gestiono mis emociones?
Bien, una vez identificada la emoción y reconocida es bueno saber cómo gestionarla, es decir, cómo manejarla, que no es ocultarla o contenerla.
Cuando somos conscientes de lo que estamos sintiendo podemos hacer dos cosas:
- Expresar la emoción que sentimos, con la intensidad que la estamos sintiendo en el momento en que la estamos viviendo.
- No expresar la emoción en el momento, con la intensidad y hacia quien la estamos sintiendo (quizá mostrar el enfado a tu jefe no sea del todo adecuado para ti, piensa antes de dejarte llevar).
Entonces, si no la expresamos en el momento ¿qué hacemos? Tenemos otras opciones:
- Podemos posponerla: cuando llego a casa y estoy sól@ me dejo sentir, vivo la emoción como si estuviese ocurriendo de nuevo y la expreso.
- Podemos canalizarla o transformarla: me voy a pasear, al gimnasio, ejercicios de respiración, yoga… o aquello que te ayude a liberar la tensión acumulada. Después te enseñaré un ejercicio para transformarla a través de la respiración, aunque hay otros muchos métodos, éste es el que suelo enseñar porque tiene unos resultados muy positivos en poco tiempo.
- Podemos tragarla, guardarla y generar un bloqueo emocional o trauma, según la intensidad de la emoción contenida.
Lo importante es gestionar las emociones no tragarlas y dejarlas ahí, porque simplemente es guardarla para luego, genera un bloqueo y nos puede perjudicar seriamente la salud.
Lo que no expresamos se acumula y si lo que estamos acumulando son enfados, frustraciones, culpa, tristeza… se convierte en resentimiento que es el alimento de las enfermedades físicas, emocionales y psicológicas.
Ejercicio de respiración para regular las emociones
Te recomiendo practicar este ejercicio para ayudarte a regular la emoción a través de la respiración, es muy sencillo. Cuando hay una emoción intensa ciertos patrones de respiración se ven afectados, con tendencia a contener el aire o tener una respiración superficial, incluso llegando a la hiperventilación. Si quieres saber más sobre la respiración puedes consultar este artículo.
- Focaliza la atención en la respiración, retoma el aquí y ahora, de esta forma disminuyen los pensamientos recurrentes. Entonces vuelve a centrar la atención en la respiración e intenta hacerla más profunda, cogiendo el aire por la nariz y soltándolo por la boca.
- Si, además, le añades la intención de “libero esta emoción” observarás que con pocas respiraciones que hagas vas a empezar a notar algunos cambios en tus sensaciones corporales y la intensidad de la emoción irá disminuyendo.
- Continúa con este tipo de respiración hasta que sientas que la emoción esté reducida, sea manejable o no la notes como desagradable.
También puedes consultar este artículo sobre la Bioenergética: el desbloqueo de emociones a través del cuerpo.
Espero que esto te ayude a tomar conciencia y a manejar tus emociones en tu día a día. Si tienes alguna duda, por favor, escríbeme, te responderé lo antes posible.