Hay muchas maneras de definir qué es conectar con el Alma, hay quien prefiere llamarlo conectar con el Ser o conectar con la Esencia. Sea cual sea la forma en la que lo expresamos, hoy te voy a explicar qué es para mí este concepto de conectar con el Alma.
La conexión con el Alma o con el Ser es algo que muchos persiguen. Parece como si tuviese que ser algo difícil o no habitual. Sin embargo, lo podemos realizar de una forma mucho más sencilla de lo que pensamos. Otros lo ven como si fuese la solución para todo, que todo lo que no va bien en sus vidas tiene su raíz en que no están conectados o no funciona bien esa conexión.
Yo tengo una visión diferente. La conexión con el Alma o con el Ser es algo natural, está en nuestra vida de forma sencilla si sabemos que está ahí y vemos las “señales”.
Hay una frase que me enseñó mi amigo Jose Luis Arganda que me encanta, dice que “la intuición es el susurro del alma”. La conexión con el Ser es precisamente eso, aprender (porque parece que se ha olvidado) a conectar con esa sabiduría interna que todos tenemos, con la seguridad, la certeza y con nuestra verdad (que suele ser diferente para cada persona).
Esta conexión nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos y a querer mejorar como personas, esta conexión con el Alma nos ayuda en nuestro crecimiento personal.
¿Qué significa el Alma?
Primero tendríamos que definir qué es eso del Alma o el Ser. He de reconocer que, para mí, cada uno de estos conceptos tiene unas connotaciones diferentes, pero hoy quiero explicártelo de forma más general y lo voy a utilizar como sinónimos, aunque no lo sean completamente.
Si entendemos que el Ser es aquello que somos hoy en día, para definir un poco más, lo que somos en esta vida. Estaríamos entendiendo que es nuestra manera de ver el mundo, cómo nos interpretarnos a nosotros mismos, cómo nos definimos a nosotros mismos o quien somos. Estaría definido por nuestros aprendizajes y experiencias de vida, cómo nos relacionamos en el mundo, con nuestras debilidades y fortalezas.
El Alma es…
En definitiva sería el conjunto de aquello que nos define y viene determinado por nuestra experiencia vital, cómo nos han criado, cómo nos hemos relacionado, cómo vemos el mundo y nuestra interpretación interna de lo que nos sucede.
Sin embargo, desde mi punto de vista, esto no explica por qué desde que nacemos todos somos diferentes, aunque tengamos una crianza igual. Ésto no explica cómo es que cada uno tenemos unas condiciones que vienen “de serie” y otros tienen otras.
Habría que plantearse entonces, ¿cómo es que venimos con unas condiciones y formas de interpretación diferentes? ¿qué ocurre para que tengamos gustos o predisposiciones distintas cada uno de nosotros? ¿Por qué nos llaman la atención unas cosas y otras no?
Si cambiamos la perspectiva…
Ahora es cuando te planteo un cambio de perspectiva, todo lo anterior estaría también definido como la personalidad, aquella que se va desarrollando durante nuestra vida y la que nos ayuda a manejarnos en el mundo.
Pero si cambiamos el punto de vista y entendemos que no sólo hay una vida, sino que nuestro ciclo vital es mucho mayor, lo interpretación puede cambiar.
Ya no es sólo lo que somos ahora o desde que nacimos, sino una secuencia de vidas y aprendizajes que han hecho que seamos quien somos en este momento. Si alargamos el “tiempo vital” a varias vidas podríamos entender que los aprendizajes que tenemos, lo que vivimos y lo que experimentamos, forman parte de un aprendizaje mayor.
Desde esta perspectiva, el Ser sería la esencia que se mantiene de vida en vida, lo que somos realmente:
- La Esencia.
- La Conciencia.
- Tradicionalmente lo conocemos como Alma o Espíritu.
Conectar con el Alma es conectar directamente con esa esencia.
No con la personalidad de esta vida y sus circunstancias, sino con la esencia real que tiene mucho conocimiento y sabiduría, donde reina la armonía y la plenitud.
Decimos que estamos conectados con el Ser cuando sentimos plenitud, cuando estamos serenos y tranquilos. Cuando la frase “todo está bien” tiene todo el sentido y nos llena por completo.
Estamos completos, no es necesario completarnos con algo de fuera, con una pareja o con lo que cada uno considere.
Ya estamos completos.

¿No estoy conectado a mi Alma?
Siempre estamos conectados a nuestro Alma, por supuesto.
El problema viene cuando la personalidad lo ocupa todo y no tenemos en cuenta al Ser, es como que empaña o distorsiona la conexión que tenemos con nuestra esencia.
Te pongo un ejemplo, cuando estamos pendientes de un nuevo trabajo, o una preocupación relacionada con cualquier situación de nuestras vidas… Entonces, la emoción y el vivir la situación con la intensidad que demanda, hacen que no veamos con claridad más allá de ese momento en concreto.
Salimos de la armonía, la vitalidad y, en muchas ocasiones, de la salud y la claridad mental para vivir esa situación. Lo interpretamos desde nuestro aprendizaje de vida, nos recuerda cómo hemos reaccionado en otros momentos similares y qué ha funcionado para volver a repetir aquello que pensamos que funcionó.
Cuando nos sentimos “descolocados”, irritables, ansiosos, con miedo o dudas, cuando estamos sumergidos en lo negativo o lo que nos falta en la vida, cuando no vemos el sentido de lo que estamos viviendo o no somos capaces de superar un momento difícil.
Entonces ahí, es cuando necesitamos re-conectar con el Alma, para recuperar la confianza en nosotros mismos y en la vida. Para ver las cosas de otra manera y poder encontrar la solución que estamos buscando.
También te puede ayudar este artículo para aprender a gestionar las emociones.
¿Cómo conectar con el Alma?
Existen muchas maneras de conectar con el Alma, muchas prácticas, meditaciones y ejercicios. Hay para todos los gustos.
Hoy me gustaría plantearte un ejercicios muy sencillo para que practiques cuando sientas que necesitas confianza en ti mismo, sentirte seguro o un extra de claridad mental.
Una práctica:
Busca un momento de tranquilidad, si puedes estar sólo, mejor. Vas a hacer de este momento algo especial y, si quieres, puedes poner un poco de música tranquila de fondo, encender un incienso o una vela si te gusta… algo que sea acogedor para ti.
Si no puedes porque te encuentras en un lugar donde no es posible, también vas a conseguir sentirte mejor. Las primeras veces es recomendable que hagas esta meditación en tranquilidad.
- Te vas a sentar en una postura cómoda en el suelo o en una silla con los pies en la tierra.
- Cierra los ojos y coloca las manos en el centro del pecho.
- Respira hondo.
- Centra la atención en la respiración y deja que los pensamientos se disuelvan.
- Siente tu corazón en el centro del pecho y envíale amor a través de tus manos.
- Sigue con respiraciones profundas, observando cómo se va llenando tu pecho con cada respiración de amor a ti mismo.
- Vas a repetir estas frases en voz alta, intentando sentir cada palabra:
- Me conecto con mi Alma
- Me conecto con mi esencia
- Estoy conectado con mi sabiduría interior
- Siento esta conexión con algo positivo para mi en este momento
- Conectado con mi Ser me siento segur@ de mi mism@
- Estoy conectado a mi esencia, me siento en armonía
- Gracias por estar conmigo y guiarme
- Continúa respirando, repitiendo las frases y toma conciencia de tu sentir. Deja que, poco a poco, te vaya llenando estas sensaciones.
Practica este ejercicio siempre que quieras, te ayudará a serenarte y confiar en ti y en tu intuición.
Si tienes cualquier pregunta o quieres comentar qué tal te has sentido con el ejercicio, te agradezco que me lo hagas saber en los comentarios.
Si te cuesta practicar éste ejercicio, puedes poner en práctica ésta meditación para soltar cargas antes, seguro que después te resulta más fácil.
Feliz re-conexión